Rellenar el vacío emocional a través de vínculos: una mirada desde el apego ansioso

Os voy a confesar que tengo un hobbie y es que tengo épocas que me da por investigar sobre una emoción, observar cuándo aparece en mí, cuándo aparece en mis pacientes y llegar al fondo del asunto. Cómo ya sabéis que también me encanta el tema de los vínculos, pues normalmente intento relacionar la emoción que me apasiona en esa época con los vínculos. Y he de confesar que la relación entre vacío y vínculos me ha parecido especialmente interesante.

La emoción de vacío es bastante compleja y es verdad que no solemos hablar mucho de ella en el día a día. No vamos a cualquier amig@ a decirle “jo tí@ me siento súper vací@ esta semana”. Ojalá lo hiciéramos más como con cualquier emoción, pero es verdad que algunas están más validadas socialmente que otras (también depende del contexto de cada quién claro).

Así que lo primero es ver qué es esto de la emoción de vacío. Normalmente es una sensación que no podemos explicar completamente. Es un sentimiento profundo como un hueco interno que no se llena fácilmente, como una sensación de desconexión interna, de los demás y del mundo; una especie de falta de sentido y la sensación de que algo importante falta pero no saber muy bien qué es, la sensación de “no estar complet@s”.

Aunque no podemos hablar de una emoción sin experimentarla en el cuerpo, así que antes de seguir leyendo te animo a que cierres un momento los ojos e intentes experimentar qué sientes por dentro al conectar con ella, observa bien bien y localízala en el cuerpo. Mira a ver qué tiendes a hacer con estas sensaciones, si eres capaz de permitírtelas o quieres quitártelas rápidamente, todo esto ya da mucha información sobre tu funcionamiento… jeje

¿Qué tal te has quedado? Así más conectad@ seguramente puedas entender más el resto de líneas.

Me gustaría aclarar, primero de todo, que la emoción de vacío, como toda emoción, tiene sus funciones adaptativas… Es completamente natural sentir este vacío en momentos específicos de nuestras vidas y es importante que nos lo permitamos. Por ejemplo, después de una ruptura, una pérdida importante o una etapa de transición, como el cambio de trabajo o mudarse a un lugar nuevo, es común sentir una falta temporal de propósito o conexión; o después de conseguir una meta importante para la que llevabas mucho tiempo esforzándote. En estos casos, el vacío puede ser un reflejo de nuestra necesidad de adaptación, de encontrar un nuevo sentido a nuestras experiencias.

En estos momentos, el vacío puede ser transitorio y formar parte del proceso de duelo o ajuste emocional. Puede ser que estés pasando por una fase de redefinición personal, y el vacío es solo una etapa temporal, aunque incómoda, de crecimiento y adaptación. Lo que solemos llamar "crisis existencial" vaya.

Sin embargo, cuando el vacío emocional se vuelve algo constante y doloroso, puede ser una forma en la que nuestra mente trata de protegerse de experiencias traumáticas pasadas. Imagina que, en tu infancia o adolescencia, no recibiste el cariño o la atención que necesitabas de tus padres o cuidadores; o durante la adolescencia o edad adulta de tus parejas. Puede que, por ejemplo, ellos no estaban disponibles emocionalmente o no sabían cómo darte el apoyo que esperabas. Como respuesta, tu mente crea este vacío, como una especie de barrera para que no sientas el dolor de esa falta de afecto o conexión. En vez de enfrentarse a esos sentimientos de abandono o tristeza, el vacío actúa como una protección, bloqueando esas emociones difíciles de manejar. Pero claro, esto no significa que el vacío se desaparezca; simplemente es un mecanismo que nos ayuda a sobrellevar la situación en su momento, aunque a largo plazo no sea una solución ideal.

Vacío y Apego Ansioso: La Búsqueda de Llenar el Hueco

Las personas con apego ansioso, que han tenido experiencias complicadas con el amor o la atención en su infancia, suelen sentir un vacío emocional bastante grande. Este vacío es como una sensación de que algo les falta, de que necesitan estar siempre en conexión con otra persona para sentirse completas. Como no aprendieron a sentir la seguridad por sí mismas desde pequeñas, buscan constantemente llenar ese hueco con relaciones.

Pero lo curioso es que, aunque buscan con mucha desesperación llenar ese vacío con otras personas, nunca lo logran del todo. Las relaciones que encuentran a menudo no les dan lo que necesitan, y eso solo empeora el vacío que sienten. En vez de sentirse completos, cada vez se sienten más insatisfechos, como si nada los llenara. Y así, entran en un círculo vicioso de buscar más vínculos para calmar ese sentimiento, pero sin lograrlo realmente.

Las personas con apego ansioso tienden a buscar relaciones donde se sienten necesitadas de la otra persona para sentirse seguras y valiosas. Como tienen este vacío emocional dentro de sí, buscan constantemente la validación de los demás. Esto significa que, en muchas ocasiones, se entregan por completo a la otra persona, tratando de recibir amor, atención y confirmación de que están siendo queridas o valoradas. Sin embargo, a menudo sus expectativas son demasiado altas o poco realistas, porque esperan que el otro cubra completamente ese vacío que sienten.

Además, a veces estas personas eligen parejas que, por diversas razones, no son capaces de satisfacer esas necesidades profundas. Puede que se encuentren con personas que no les brindan la seguridad emocional que buscan, o que incluso las relaciones sean algo conflictivas. Sin embargo, lo que pasa es que el vacío sigue presente y, en lugar de aprender a llenar ese vacío con su propia seguridad interior, siguen buscando relaciones que las "arreglen", sin darse cuenta de que, a menudo, el problema no es la pareja, sino la falta de conexión consigo mismas.

¿Tiendes a evitar el vacío? ¿No lo soportas y necesitas rellenarlo con cosas o personas? ¿Aparece constantemente en tu vida? ¿Cuándo aparece te paraliza? ¿Te asusta sentirte así?

Si la respuesta a algunas preguntas es sí y te preguntas qué hacer con ello... sigue leyendo

Una clave fundamentental es reestablecer la conexión interna. Lo primero de todo es empezar a darte cuenta de si la emoción de vacío es algo recurrente en ti y si tratas de evitarlo o lo abrazas. Además de con relaciones, el vacío muchas veces se intenta rellenar con refuerzos inmediatos (reels de Instagram por ejemplo), con mejorar a nivel físico y focalizarse mucho ahí, viajando o haciendo planes constantemente, etc. Esto no siempre son acciones negativas para un@ mism@, pero sería interesante observar si estás haciendo algo de esto con la finalidad de tapar el vacío o porque te nutre.

Si vas dándote cuenta de que tus vínculos tienden a activar tu parte más ansiosa, observa si hay un vacío más profundo en ti que estás tratando de llenar desde tus relaciones. Ahí te diría que uno de los caminos fundamentales es aprender a conectar contigo mism@. En lugar de esperar que sean los demás los que te den aquello que necesitas, trabajar en tu propia seguridad emocional.

Esto significa aceptar que el vacío no tiene que llenarse de inmediato ni con las personas que te rodean, sino que es un espacio que puedes aprender a comprender. Con el tiempo, se trata de entender tus propios sentimientos, cuidar de ti mismo y encontrar formas de sentirte completo sin depender tanto de los demás.

Este proceso puede ser difícil, tanto el darnos cuenta de que este vacío existe, como el permitirnos buscar dentro con calma y no tanto fuera desde la prisa. Y muchas veces requiere de ayuda profesional para poder hacerlo. La idea es poder ir sanando desde dentro realmente, para poder tener relaciones que te nutran, donde te sientas segur@ y no relacionarnos desde las heridas vinculares. Si te apetece profundizar más en este tema o en otros, me encantaría que pudieras contactar conmigo y ver cómo puedo acompañarte en el proceso.

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Con cariño y amor,

AGG Psicología, Tu lugar de autocuidado.