¡Hola!
Me hace mucha ilusión saludarte y que te apetezca conocer un poquito más sobre psicología, espero que esta carta te sirva para descubrir cosas que no sabías, o para fijar algo que ya conocías.
Después de varios años trabajando como psicóloga sanitaria, he visto que el tema del apego es algo fundamental a trabajar con todas las personas que vienen a terapia. Veo que es un concepto que últimamente se ha puesto muy de moda y todo el mundo parece hablar de ello, pero… ¿sabemos realmente qué es el apego, de dónde surge y cómo puede trabajarse?
ESPERO QUE DESPUÉS DE ESTA PEQUEÑA CARTA PUEDAS RESPONDER UN POQUITO MÁS A ESTAS PREGUNTAS…
Con todos los conceptos, a mí me gusta empezar definiéndolos. Si estás conmigo en terapia sabrás que siempre que empezamos a hablar de alguno nuevo esto es lo primero que hacemos. Entonces… el apego, se refiere al vínculo emocional que se establece entre las personas. Por tanto, SIEMPRE que hay una relación con alguien se pone en juego un estilo u otro de apego.
Y… ¿cómo se crea uno u otro estilo de apego? Pues como gran parte de nuestros aprendizajes, está en nuestra infancia y se empieza a construir en la relación con nuestr@s cuidadores principales, ya sean nuestros padres, abuel@s, cuidador@s... Por eso, para entender nuestra manera de vincularnos a día de hoy, es muy importante que miremos cómo fue el estilo de apego cuando éramos pequeño@s.
Vale Ana, esto está muy bien pero, ¿de qué forma influye su educación en esto del apego? Pues de muchas formas, como por ejemplo la sensibilidad que tienen est@s adult@s a las necesidades emocionales y físicas de los niñ@s. También si son consistentes con las respuestas que dan a estas necesidades, esto se refiere a si est@s adult@s tienen respuestas ambivalentes, evitativas o consistentes, es decir si cada vez responden de una forma, no responden o responden igual ante situaciones parecidas. Y por otro lado, la capacidad que tienen est@s adult@s de regular sus propias emociones y los cambios bruscos emocionales que tienen.
De todas formas, esto no es una carta para que vayas a echar en cara a tus padres por qué tu última relación de pareja ha terminado, sino para que puedas entenderte un poquito más y entender de dónde pueden venir ciertos patrones de apego que sigues empleando a día de hoy como adult@. Y además, hay que tener claro que no hay una forma perfecta de ser padre, madre, abuelo, abuela o cuidador@, ni un solo estilo de crianza que garantice que vayamos a tener un estilo de apego seguro de mayores, porque cada persona es única y responde de manera diferente a las interacciones con sus cuidador@s. Aunque, muy resumidamente, sí se ha demostrado que para crear una relación de apego seguro es importante aportar SEGURIDAD, PROTECCIÓN y APOYO EMOCIONAL.
Entonces, ¿a qué da lugar todo esto? Pues a diferentes estilos de apego que son el apego seguro y el apego inseguro. No es que uno sea el “bueno” y otro el “malo”, como todo en psicología, si existe es porque en algún momento ha tenido su utilidad, el problema empieza cuando seguimos empleando los mismos patrones en momentos en los que ya no son útiles… PERO ESTO YA LO VEREMOS EN OTRAS CARTAS….
AHORA VAMOS A VER QUÉ ES ESTO DEL APEGO SEGURO E INSEGURO QUE SE HABLA TANTO EN TODAS PARTES.
El apego seguro se caracteriza porque la persona tiene confianza en que la otra persona está disponible y ve sus necesidades, lo que le permite explorar el mundo de manera segura y buscar apoyo si lo necesita. ¿Te suena esto de cara a la vida adulta? Cuando tenemos relaciones de apego seguro (ya sean de amistad, pareja o familia) no tenemos miedo a que la persona se vaya si hacemos un viaje sin esa persona o si trabajamos una época muchas horas o si la otra persona no nos habla en un tiempo (todo esto con muchos matices), pero en líneas generales, estamos segur@s de que esa persona está ahí (también es importante que sigamos cuidando el vínculo y no lo demos por hecho).
Te voy a contar la diferencia con el apego inseguro, para que veas bien a qué me refiero. El apego inseguro se caracteriza por el miedo en las relaciones y hay tres tipos: evitativo, ansioso y desorganizado. Muuuuy por encima, en el apego evitativo hay miedo a vincularse. Puede ser que en la infancia se ignorasen sus necesidades y son personas que aprendieron a regularse solas, por lo que no suelen pedir ayuda y tienen mucho miedo a perder su propia autonomía por lo que a veces son personas herméticas que tienen dificultad para crear vínculos cercanos. En el apego ansioso lo que hay es miedo a perder a la otra persona porque hay heridas de rechazo y abandono. Y el apego desorganizado es una mezcla entre ambos, donde en cada momento se expresa de una forma el miedo a vincularse por lo que puede acabar habiendo mucha sensación de caos emocional.
Bueno, si has llegado hasta aquí te habrás dado cuenta de que las personas con patrones de apego inseguro pueden tener problemas en las relaciones cuando son adultas. Por ejemplo si tienes una relación con una persona con apego evitativo igual tienes la sensación de que “tiene un pie fuera de la relación” o que no puedes tener ciertas conversaciones incómodas con esa persona. O si tienes una relación con una persona con apego ansioso, puede que veas que necesita hacer muchas comprobaciones sobre si le quieres o no o lleva mal el conflicto porque puede vivirlo como una señal de que puedes abandonarle. Además, el estilo de apego y el miedo a perder a la otra persona o la propia autonomía puede estar también relacionado con la dificultad para establecer límites saludables (en el primer caso saltándose todas las líneas rojas por miedo a perder a la otra persona; y en el segundo caso poniendo demasiadas barreras a la intimidad).
Las personas con apego seguro son personas que tienen confianza en sí mismas pero también en l@s demás, se pueden comunicar de forma abierta y honesta y tienen la capacidad para manejar los conflictos y el estrés en las relaciones de manera constructiva y establecer límites saludables. Con esto no quiero decir que siempre sea posible tener un apego seguro con todo el mundo. A veces, pese a que nuestro patrón de apego sea seguro, damos con relaciones en las que nos sentimos insegur@s y no podemos mostrar estas características.
La buena noticia después de todo lo que te he contado, es que aunque el estilo de apego se cree en la infancia, NO es estático, se puede modificar a lo largo del tiempo a través de nuevas experiencias relacionales y de intervenciones terapéuticas.
¿Tiendes a repetir patrones en tus relaciones? ¿Te cuesta vincularte o te da mucho miedo hacerlo? ¿A tu pareja le da miedo vincularse? ¿Te gustaría entender cuál es su estilo de apego? ¿Te gustaría entender de dónde viene?
Estas son preguntas que se hacen muchas personas antes de empezar la terapia conmigo y acaban descubriendo las respuestas. Al ver la importancia del apego, desde la terapia que hago te puedo ayudar a entender cuál es el estilo de apego que aprendiste en la infancia, qué otros aspectos y personas han ido influyendo y cómo poder desarrollar un apego seguro en tus relaciones presentes de forma que aprendas a sanar aquello que aún sea necesario y puedas tener más confianza en ti y en las demás personas, poner límites sanos, afrontar el conflicto del mejor modo y permitirte abrirte a las relaciones con otras personas que también puedan abrirse.
Si te ha resonado y crees que podría venirte bien trabajar sobre ello pide una primera valoración gratuita de 15 minutos y veremos en qué puedo ayudarte.
Con amor y cariño,
AGG Psicología, tu espacio de autocuidado.
Comments