¿A quién no le ha costado en algún momento poner límites?
Tal vez no con todo el mundo, ni en todos los contextos, pero tod@s hemos tenido momentos en los que sabíamos que teníamos que decir hasta aquí y no lo hicimos.
Las razones que nos llevan a esto pueden ser muchísimas. Digamos que la dificultad a la hora de poner límites es solo la punta del iceberg, por debajo está el verdadero trabajo psicológico, donde descubrir, desde tu historia personal y tus heridas emocionales, por qué te cuesta tanto.
Dirás, bueno, si lo que me cuesta es poner límites, pues me costará por lo mismo que al resto de seres humanos del mundo. Pues no. Detrás de este fenómeno puede haber un montón de factores psicológicos diferentes. Y tan importante es saber que eres una persona a la que le cuesta poner límites y con quién más y con quién menos, como descubrir qué hay detrás de que te cueste hacerlo.
Te dejo por aquí 10 POSIBLES RAZONES QUE PUEDEN ESTAR DETRÁS. Motivos que he ido descubriendo a lo largo de los años, tanto con mi propia terapia, como bajando a las profundidades de las personas a las que atiendo.
Pueden estar detrás las heridas de abandono y rechazo, desde aquí hay tanto miedo a la soledad y a que la otra persona “no te siga eligiendo” que pasas por encima de ti mism@.
La necesidad de aprobación, si eres una persona que necesita ser querida y aceptada por los demás, tiendes a ser muy complaciente y te da miedo decepcionar al resto, también puede que te cueste comunicar tus límites.
Y con estos factores anteriores viene unida inevitablemente la dependencia emocional, si dependes emocionalmente de la aprobación del resto y te da miedo estar sol@, al final te va a costar muchísimo poner límites y expresarte.
La culpa, estamos muy educad@s en la cultura de que decir “NO” es algo malo, algo de personas egoístas, que no cuidan de los suyos y que solamente piensan en sí mism@s, por lo tanto desde ahí también puede costar priorizarse, porque en tu interior piensas que si lo haces estás siendo una mala persona.
La falta de autoestima, el creer que tú mism@ no eres tan importante como el resto, esto hace que creas que tus necesidades, gustos o deseos no son importantes, entonces ¿para qué los vas a compartir?
También puede ser porque quieras evitar el conflicto. Muchas personas tienden a ser evitativas, no quieren confrontar o no saben llevar conversaciones incómodas. Desde ahí evitan poner límites porque muchas veces el ponerlos implica una conversación que no es agradable.
El no saber cómo expresar los límites, las necesidades, los deseos de manera efectiva. Tal vez no has tenido modelos en los que ver cómo se pueden poner límites, haber crecido en un ambiente donde no se respetaban los límites o no se enseñaba a establecerlos, pero con entrenamiento puedes ir aprendiendo.
Tener una hiperresponsabilidad con respecto a las emociones y necesidades del resto. Puede que sientas que es tu responsabilidad que las personas de tu alrededor tengan lo que quieren y necesitan, hasta pasando por encima de lo que tú necesitas. Porque… ¿Quién se encarga entonces de ti?
No nos podemos olvidar de la manipulación que nos hacen las otras personas, tratar con gente manipuladora que no respeta tus límites o que te hacen sentir mal cuando los consigues poner, hace que vayas aprendiendo que es algo que no debes hacer. Aprendes que priorizarte y expresarte es algo malo. Cuando no tienes apoyos que respalden tus esfuerzos por establecer y mantener límites es más complicado, pero tal vez sea el momento entonces de plantearte si ese es un entorno seguro para ti.
Y no puedo terminar esta carta sin mencionar el desconocimiento de las propias necesidades. Esto me parece fundamental, parecerá una tontería pero, ¿si no sé lo que necesito, cómo voy a comunicarlo? Este es el primer paso clave para empezar a comunicar tus límites. Aunque a veces es muy difícil saber lo que un@ necesita cuando nunca se lo ha preguntado, o incluso nunca se lo han preguntado.
ESCUCHARSE Y TENER VOZ ES FUNDAMENTAL PARA EL BIENESTAR DE CUALQUIER PERSONA
¿Te sientes identificad@ con alguna de estas posibles razones? ¿Te cuesta poner límites pero no eres capaz de identificar por qué? ¿Te gustaría tener un papel más activo en tu propia vida? ¿Te gustaría poder elegir con quién, dónde y cómo estar?
Conocerse y comprender por qué en un momento determinado, o en general, te cuesta poner límites es un proceso de autoconocimiento, donde puedes aprender muchísimo de ti. No solo de este tema sino de las razones profundas que te lo impiden.
Si te ha resonado y crees que podría venirte bien trabajar sobre ello pide una primera valoración gratuita de 15 minutos y veremos en qué puedo ayudarte.
Con cariño y esperanza,
AGG Psicología, tu lugar de autocuidado.
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